Política, Economía y Sociología

Objetivo: Realizar comentarios socio políticos y económicos y la denuncia de daños contra la naturaleza.

29/4/20

¿Cómo se llama el país donde fui presidente?



Azaña, novela ganadora del Premio Planeta 1973, es una excelente radiografía de un contexto histórico muy difícil que nos permite escudriñar en el interior del que fuera presidente de la República española a través de reflexiones filosóficas, políticas, etc., realizadas en los últimos días de su exilio en Francia. El autor de la novela, Rojas (1973), comienza la novela con la siguiente pregunta. ¿Cómo se llama el país donde fui Presidente?  Esta misma pregunta, de no poner remedio a la actual crispación social, política, económica y sanitaria, se la deberían plantear los actuales responsables políticos, ya que al paso que vamos a este País en el corto y medio plazo no lo conocerá ni el apuntador. Una pequeña contribución para encontrar una posible solución a tanta crispación  ya la plasma Rojas (1973) en esta novela, indicando que "la moderación, la cordura y la prudencia intrínsecamente razonables derivan del conocimiento de la realidad y no de un proceso inhibitorio de la misma" (p.173).Con gran modestia por mi parte trataré de explicar qué significa la palabra realidad y de antemano les puedo decir que no lo conseguiré aunque pondré mi granito de arena.

Realidad es reconocer y no negar la crisis por intereses partidistas.

Saber decir no ante determinadas presiones. No vale la adopción de posturas políticamente correctas; hay que mojarse.

Evitar duplicidades y repartos arbitrarios entre el Estado, Comunidades Autónomas, etc., pues el dinero que reparten no es de ellos y sí de los contribuyentes. Veremos lo que ocurre con el reparto de los 140.000 millones de euros, el  equivalente al 11% del PIB, que recibiremos en los próximos seis años para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la crisis  del COVID-19.

Exigir un nivel medio de preparación a  los cargos políticos. No es de recibo que para ser funcionario, jardinero o peón de Ayuntamiento, con todo mi respeto, haga falta superar una oposición cuando muchos alcaldes no aprobarían la misma.

Preponderancia de la responsabilidad social frente a posturas abusivas de los grupos de poder.

Evitar políticas de cortoplacistas con criterio del beneficio rápido y apoyar firmemente la investigación, inversión y desarrollo de proyectos de gran beneficio social, médico o asistencial. Por ejemplo, COVID, etc.

Acabar con las subvenciones indiscriminadas a construcciones esperpénticas y presupuestos supermillonarios. Por ejemplo, rotondas, polideportivos en pueblos con escasos jóvenes o reformas de cementerios con reducido número de fallecimientos. Sería más recomendable el invertir ese dinero en potenciar las residencias públicas para mayores.

Controlar a las empresas públicas que optan por la partición de los pagos a sus proveedores para evitar el control interno

Liberar la Ley de Financiación de los Partidos Políticos y exigir al Tribunal de Cuentas mayor agilidad. Con respecto a la Ley de Financiación la considero bien intencionada pero ingenua. En su preámbulo indica que "la libertad de los partidos políticos quedaría perjudicada si se permitiese como fórmula de financiación un modelo de liberalización total". Basta levantar la vista a nuestro alrededor para comprobar que también sin liberalización total se siguen produciendo corruptelas.

En fin, podría llenar páginas y páginas con realidades a solucionar pero ,mientras no cambiemos todos, veo muy difícil su solución.

Vivimos con la confrontación general, el asalto al Estado y la riña por sus despojos, clase contra clase, partido contra partido y comunidad contra comunidad.

A mi entender también es muy importe la solidaridad que no veo por ningún lado en este País. Lo que sí veo es un gran incendio que ha prendido por varios frentes y nuestros dirigentes, también nosotros como ciudadanos, en vez de ayudarnos a sofocar el incendio, nos dedicamos a desvalijarnos los unos a los otros llevándonos cuanto podemos. Por desgracia, lo estamos viendo actualmente en la lucha contra LA COVID (uso inadecuado de mascarillas, fiestas, botellones, sin ningún tipo de protección). En estos momentos, tan delicados, echo en falta un mando único o criterio único

En estos días de semiconfinamiento recomiendo la lectura de la novela Azaña. 

A pesar del tiempo transcurrido pueden sacarse sabrosas conclusiones.


Referencia bibliográfica:
ROJAS, C. (1973). Azaña. Editorial: Planeta

28/4/20

A mi maestro



A mi maestro: Nicolás A. García Rueda 


Alcorisa, 28 de abril de 2020.

Querido amigo Nicolás:

Han pasado muchos años desde que tuve la gran suerte de tenerte como maestro.

Recuerdo con enorme cariño aquellos años 1963-1967 en los que con escasos medios, tanto materiales como económicos, recibiendo clases en pisos alquilados, padeciendo largos y tediosos desplazamientos a Teruel en época de exámenes y el temor a ser corregidos en la asignatura de matemáticas por “El ruso”, muchos jóvenes de Alcorisa
pudimos finalizar nuestros estudios de bachillerato.

Supiste inculcarme importantes valores que luego pude aplicar en mi futuro desarrollo ético, moral, intelectual, etc. Sin duda, en mi caso, me motivó para finalizar estudios superiores en la Facultad de Economía de Zaragoza y cuyo título dedico a mi maestro, Nicolás. 

Quiero recordar igualmente desde estas líneas a José Ramón y Antonio Pérez, maestros, a los que recuerdo con gran cariño. Creo con toda seguridad que en algún lugar estarán leyendo este reconocimiento y agradecimiento.


Para finalizar voy a definir lo que significa para mí, maestro. MAESTRO, con mayúscula, es aquel a quien sus alumnos quieren y no olvidan nunca.



GRACIAS